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Hotel Hadrigan
Descripción
El hotel Hadrigan goza de una magnífica ubicación en Viena con excelentes conexiones con tranvía y metro ubicados frente, y a poca distancia del hotel. Además cerca del hotel se encuentran varias tiendas y el grande hospital Wilhelminenspital.
Gracias a las excelentes conexiones del hotel Hadrigan con el aeropuerto internacional de Viena, con el Centro Internacional, el Prater, la Ópera Estatal, y el Danubio, lo convierte en el alojamiento ideal, para los viajeros negocios y turistas, que desean visitar la maravillosa capital de Austria.
El hotel Hadrigan ofrece acceso a Internet Wifi (los huéspedes deberán traer su proprio ordenador, o Asistente Digital Personal), y un garaje privado.
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positivo:
Justito justito. El hotel está en una zona de la ciudad bastante alejada del centro. Es pequeño y bastante antiguo. La recepción es muy cutre y la habitación es fea. El baño tiene poquísima iluminación y la ducha muy poca presión. Aún así, no deja de estar limpio y para un par de días es decente.
positivo:
Suficiente. El hotel esta situado en una zona residencial pero de facil acceso al metro y todas las atracciones estan a 10 minutos, las habitaciones son grandes, comodas y limpias, no es lujoso pero esta bastante bien si la idea es solo ir a dormir al hotel.
positivo:
Trato Correcto. La atención fue correcta, la habitación (individual) tenía de todo, pero era pequeña, tampoco ví otras habitaciones (dobles). El personal fue servicial, y me ayudó. Es un hotelito agradable, pequeño, y aunque alejado del centro, muy bien comunicado. La zona de Ottakring, y Thaliastrasse, es una zona con mucha vida y muy comercial. Hace cinco años ya estuve por esa zona.
negativo:
Buena calefaccion, lo demás, regular. El hotel es viejo y cutre, la cama es mala y es suelo cruje, pero aunque está lejos del centro, está muy cerca del metro. Es barato y el desayuno es bueno para lo que cuesta, solo 5 euros por persona. La calefacción es excelente, cosa que se agradece cuendo estas a cinco grados bajo cero en la calle. La atención es correcta, incluso parte del personal fue muy amable.
Está limpio pero no pulcro. La decoración es como una pesadilla (qué moqueta!!) y la iluminación es escasisima, en el baño la única luz era la de un armarito encima del lavabo. Si vuelvo a Viena, desde luego no será a ese hotel. La cama y el baño.
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