Venus en Escorpio

Qué difícil es hacer algo tan grande con tan poco, y qué impresionante cuando sucede. Venus en Escorpio toma el mito de Medea y lo transforma en un grito contemporáneo, visceral y profundamente humano. Lara Pons nos guía con una entrega feroz a través de un texto potentísimo, afilado, poético y necesario, firmado por Aina Trubat. Un texto que se clava, que toca lo íntimo y lo colectivo con la misma precisión. La dirección es sobria e inteligente, sin subrayados innecesarios. Todo en escena cobra sentido y se transforma al ritmo de una actriz que domina el espacio con una libertad abrumadora. La escenografía, minimalista pero cargada de intención, se convierte en prolongación su cuerpo y del relato. Durante una hora, Lara sostiene un monólogo complejo con un carisma y una energía que no aflojan ni un segundo. Nos lleva de la risa a la incomodidad, de la ternura al dolor más seco. Se come el escenario desde el minuto uno y logra algo tan difícil como hacernos viajar con ella a través de su voz, su cuerpo y su verdad.

10

marta

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La revisión del mito de Medea que propone Aina Trubat responde a la necesidad contemporánea de explicarnos y hacernos oír, en un mundo donde la desinformación y el malentendido están a la orden del día, "Venus en Escorpio" grita sin complejos y con ternura, con determinación y comprensión la historia de La Mede, una víctima de las circunstancias. Y La Mede no sería La Mede si no fuera por el trabajo de Lara Pons, que con su monólogo de una hora nos deja boquiabiertos ante tal despliegue de descaro, carisma, oficio y talento. "Venus en Escorpio" es una obra muy compleja que reposa sobre los hombros de su protagonista, quien no se deja amedrentar y nos da una hora de teatro, del de verdad, que no es poco.