Buena Presencia es una obra que debe ser vista y oída dentro de un sistema económico y político que defiende a la meritocracia como bien individual superior.
En ese sentido pertenece a la misma familia de espectáculo crítico y feroz que fué “Plata Dulce” pero en una Argentina que vuelve a repetir errores de hace cuarenta años atrás.
El Joven y el Viejo son tan ingenuos como lo era el personaje de Federico Luppi en esa película, Jordán tan despiadado como el de Gianni Lunadei y Elías un fracasado como el de Julio de Grazia, solo que en este caso y al final de la obra asume el rol de un justiciero.
Buena Presencia es una parábola sobre el poder y el sometimiento que existe entre los que tienen mucho de lo escaso, y los que lo desean mucho pero no se animan a obtenerlo.
Es una obra que nos hará emocionar, reflexionar acerca de nuestra sociedad, el deseo de pertenecer, el poder, las ambiciones, la sumisión y el dolor de volver a perderlo todo.
En este caso el humor acompaña esta Historia argentina tan feroz que se repite cada tantos años, pero que podemos disfrutarla desde la historieta y el comic. La obra nos invita a un juego constante y a los actores a poder desde ese lugar componer sus personajes.